El sello se ha roto, el lamento de los primeros dioses.
Un ojo se presento en las noches brillantes
Trajo mentiras al inocente
En brillos de blanco marcando un camino esmeralda
Pero estaba ahí, el rojo ardiente
Como una piedra incendiada, como carbón en llamas
Que infectaba a las estrellas, transformándola en sus ojos.
Aun desconozco cuanto tiempo duro su transición,
Aun recuerdo su sendero, el faro impío que ha iluminado sus caminos ahora.
Inocente que mira el cielo, aun hipnotizado por el falso llamado,
De la llave que busca volver a sus orígenes,
Ahí esta creciendo su ardor, su rabia,
Que busca romper el sueño de todos los dioses malditos.
El sello se rompe, el grito de todas las condenas corre por los planos,
El ojo que se destruye se vuelve faro impío en el oeste,
Una señal, invoca los ojos del este, más rojo incandescente,
Portando la plaga, corrompiendo las estrellas, transformándola en sus ojos,
Él nos observa ahora, aun recuerdo sus ojos, esta de vuelta,
Los ecos de la corrupción, los dioses demoniacos que fueron olvidados,
Infectando al recién nacido, trae odio, trae blasfemia, trae destrucción
Para que el caos se vuelva placer, para rendir culto al primer demonio corrupto.
Ahora veo las lágrimas de la dama oscura Kali,
Que busca traer el eterno frío para poder congelar su dolor,
Rama en la rabia trae la furia del viento, el llamado de la caza le aguarda,
Todos y cada uno lamentan en los templos del origen, olvidando las fiestas de Ganesh,
La melodiosa voz de Hanuman, solo ahora es una mirada de paciencia,
De resignación para marchar cuando llegue el momento.
El lamento de los dioses, el regreso del reino de los corruptos,
La guerra empieza, el trastorno se potencia en su caos del placer,
No hay marcha atrás, aun siento su mirada,
Del hijo del primer dios corrupto, que tienta, que odia,
Sembrando como infección el cambio, el caos,
Que ha de reinar en los tiempos en que sentiremos debilidad,
Pero al final, su destino nunca podrá ser cambiado.
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